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jueves, 17 de mayo de 2007

Al Dios desconocido

Tomado de Temática Cristiana

Elaborado por: RV Marker

El siguiente es un estudio evangelístico del pasaje de Hechos 17:16-34

1.- PASAJE: Hechos 17:16-34 Pablo en Atenas


Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)

Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. Y así Pablo salió de en medio de ellos. Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos".
2.- TRASFONDO HISTORICO DEL PASAJE


Cuando de Tesalonia llegaron a Berea judíos hostiles y suscitaron la oposición, algunos de los hermanos acompañaron a Pablo a la costa y luego a Atenas. Silas y Timoteo no fueron con Pablo sino que se quedaron en Berea con instrucciones de unirse a Pablo tan pronto como fuera posible en Atenas.

Atenas no era una ciudad de gran importancia política o mercantil, pero era el centro intelectual más famoso del mundo. Hasta los jóvenes de Roma solían acudir a Atenas para obtener su educación universitaria. La estrategia misionera de Pablo no incluía la evangelización de Atenas. Pero mientras esperaba allí a Silas y Timoteo, lo conmovió profundamente la idolatría que vio. Los famosos templos de Atenas eran obras de arte de insuperada belleza; pero tras la belleza Pablo descubría las tinieblas de la idolatría. Por tanto, discutía en la sinagoga con los judíos y los piadosos o temerosos de Dios, así como con quienes casualmente hallaba por la plaza de mercado.

Adeptos de las 2 escuelas filosóficas más influyentes de aquellos tiempos oyeron su mensaje (v. 18). Los epicúreos (que derivan su nombre de su fundador Epicuro 341-270 a.C.), creían en la existencia de los dioses, pero que éstos no se interesaban en modo alguno por el bienestar de los hombres. El fin principal de la vida, según los epicúreos, era el placer, y había que procurárselo mediante una vida feliz y reposada, libre de dolor, tribulaciones o temor, especialmente del temor a la muerte. LEER MÁS
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